*En el centro histórico los inmuebles demuestran en sus fachadas el rico pasado colonial de la ciudad
Diana Rojas
Coatepec, Ver.- Jardines de orquídeas, cafés acogedores, parques y museos, recorridos a pie por calles pintorescas con exquisitos aromas, Coatepec es el escenario perfecto para un plan romántico de fin de semana.
La variedad de aromas que pasean por sus calles anuncian la riqueza gastronómica de la ciudad cafetera. Café tostado con plátano, chocolate y el inconfundible pan de le leña son algunas esencias que se elevan en la atmosfera.
El grano de Coatepec tiene denominación de origen, considerado café de altura gracias a los 1250 metros sobre el nivel del mar, y en México es reconocido por ser la capital del café.
Considerado como una de las mayores atracciones turísticas, el museo del café Café-Tal ubicado a orilla de carretera es fácilmente reconocible por el artístico edificio con balcón y jardín interior.
Su objetivo principal es dar a conocer los orígenes del café de calidad y las diversas etapas por las que atraviesa. Ahí se sirve un menú sencillo y bebidas gourmet de la zona.
La explicación va desde su cultivo hasta su procesamiento, verdaderamente ilustrativo, con catas acompañadas de pan de la región que se agradecen si llegas desde una hora temprana.
En el centro histórico los inmuebles demuestran en sus fachadas el rico pasado colonial de la ciudad, ostentan elegantes portones, techos de teja, además de balcones y protecciones de elaborada herrería.
El clima en Coatepec es templado y húmedo, durante el día la neblina baja y sube constantemente algo que anima a visitar y degustar un buen café veracruzano.
Las opciones son muchas, desde establecimientos sencillos como el café Coatl, ubicado en la calle Miguel Rebolledo, el reconocido Café Bola de Oro, Punta de Cielo, el café La Onza, La Vereda, el Caporal y en el interior de la plaza de los azulejos la oferta continua.
Por todo el pueblo hay de restaurantes y cocinas, sin embargo, si de una fecha importante se trata la comida y ambiente los restaurantes ubicados en las calles que rodean el parque Hidalgo ofrecen más que alimentos deliciosos.
Tal es el caso de Arcos de Belem, uno de los restaurantes más antiguos, abrió sus puertas el 1o de marzo de 1957, con el nombre de Coronita. Su encargado Jesús Rizo, recuerda que ha visto pasar a varias generaciones.
“Las parejas de adultos mayores vienen y recuerdan aquellos años de juventud donde sellaron su amor, tomando una rica malteada y un rico café. Los adultos y jóvenes traen a sus parejas al lugar donde sus padres y abuelos se conocieron, es un gran sentimiento el que se vive cuando las parejas vienen.
Un lugar verdaderamente lleno de tradición, donde se percibe ese ambiente familiar. La vista que ofrece por uno de sus ventanales es la ajetreada rutina del parque, flanqueado con sus árboles de jacaranda.
Y ya que en febrero no pueden faltar las flores, es ineludible visitar el Museo Jardín de las Orquídeas con más de 5 mil ejemplares que lo convierte en la segunda colección más grande del país y una de las más importantes de Latinoamérica.
Alberga especies de las Islas Borneo, Hawái, Colombia, Australia, Vietnam entre otros. Se encuentran en la mayoría de los jardines de las casas coatepecanas, es tanta la importancia de esta especie que se celebra cada año el festival de la orquídea, el último de ellos fue en 2019 y tuvo como sede el salón de eventos Texin.